viernes, 6 de noviembre de 2015

"Fabian y el caos". Una reseña acerca del último trabajo de Pedro Juan Gutiérrez










 Después de unos años de silencio narrativo, Pedro Juan Gutiérrez se aventuró a satisfacer a sus seguidores con “Fabian y el caos” Ed. Anagrama. En este ultimo trabajo, narra la historia de dos amigos en un momento complicado dentro del proceso revolucionario en el que vivía la isla. Como telón de fondo, las décadas comprendidas del 60 al 70, como decorado, la ciudad de Matanzas. Los protagonistas, el propio Pedro Juan y Fabian, dos personalidades completamente antagónicas, van forjando una amistad a través de un hilo invisible llamado supervivencia. Esta es una novela de contrastes: de luces y sombras, de vitalismo y desesperación, de goce y represión. Escrita con el sello personal y directo al que nos tiene acostumbrados Pedro Juan, visceral y hostil. 

  Para los seguidores de Gutiérrez, esta es una novela que cumple con la expectativa sobretodo en los momentos en los que detalla la sordidez y brutalidad de su propia vivencia. Este es un escritor que ha conseguido cultivar una voz muy propia, que gusta mucho, o que se detesta profundamente y en “Fabian y el caos”, no deja indiferente a nadie.

  De esta lectura, cabe destacar la primera parte, muy bien documentada y con unos aportes desconocidos para muchos de lo que significaron los días previos a la Revolución. Interesante también el trabajo descriptivo de los personajes, técnica que Pedro Juan cultiva con gran maestría, poniendo al servicio del lector la misma piel de los personajes. Su trabajo descriptivo es tan extraordinario que puedes sentir el olor de esas pieles y el fervor de esas sangres. 

  Extraordinaria también la breve incursión en el hilo narrativo de Carilda Oliver Labra, que en un momento de la historia adquiere un interesante protagonismo. 
Respecto al final de la obra decir que, bajo mi punto de vista, me pareció atropellado y algo prematuro, ya que entre el nudo y el desenlace se percibe una impaciencia por matar la historia pronto. Cuando uno está inmiscuido en la novela quiere más y encontrarse de repente con ese fin tal parece un atropello, que bajo mi criterio, podría haberse extendido en diez paginas más para no dejar cabos sueltos. Esa sensación tan personal quizás obedece a que “Trilogía sucia de La Habana”, del mismo autor, dejó el listón demasiado alto. 


  En conclusión y para finalizar, la lectura es recomendable, ágil y cumple la expectativa acerca de lo que esperas del autor. Si no se ha leído anteriormente ninguna novela de Gutiérrez, es un buen comienzo para conocer lo que es su voz narrativa y desde el punto de vista ambiental, buena para conocer como se desarrollaron esas dos décadas en la isla, siempre bajo la atenta mirada del autor.


Montse Ordóñez

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